Nuestra vida está llena de muchas decisiones, tristezas, alegrías
y decepciones, aunque a veces creamos que la vida es complicada y que no
sabemos la respuestas a todas la decisiones la respuesta está casi siempre es
nuestras mentes, casi siempre son nuestros sentimientos impulsivos los que nos
dirigen en nuestra vida de manera irracional, no significa que seamos seres sin
sentimientos y liderados nada mas por la lógica, sino no seriamos humanos, sino
pensar en la lógica en conjunto con nuestros sentimientos verdaderos, no con
los impulsos que se sienten en un momento determinado por situaciones
determinadas. Muchas veces hemos pensado cuando nos dan un consejo “Eso ya lo sabía,
pero no es tan sencillo” o “Es muy fácil
decirlo pero no hacerlo” Porque la verdad es que en la vida se nos dan
situaciones tan difíciles que solo cuando somos lo suficientemente fuertes en
nuestro interior es que podemos tomar la mejor decisión posible y hacer todo lo
posible para actuar en pos de nuestros ideales
En la vida hay que ser lo más abiertos posibles lo menos
parciales posibles, no ver todo de la cara blanca o de la negra sino entender
con claridad que las personas somos monedas con dos partes, todas las personas
tienen en su interior bondad, siempre
tenemos la opción de actuar bien o mal pero lo que marca esto es tener la
fortaleza de sobreponer lo que se debe hacer a lo que se siente hacer, con esto
me refiero es que siempre la acción mala es la que siempre viene en el primer
pensamiento, pero si uno se sobrepone a sus impulsos puedes entender un poco
mas tu interior, porque las cosas buenas o malas que hacemos no describen lo
que somos, nuestro interior tiene muchas marcas, y nuestras acciones impulsivas
son apenas un grito de heridas no sanadas y muchas veces aprendizajes que no
tenemos racionalizados, a veces cuando nuestra vida toma un rumbo incorrecto
debemos pensar como nuestras propias acciones nos llevan a ese camino, y no
solo pensar en las cosas que hacemos sino porque lo hacemos, no el porqué del
momento, sino que nos lleva a reaccionar de cierta manera, a pesar de las cosas
que sucedan en nuestra vida, siempre tenemos la elección y la manera de buscar
la felicidad, aunque se diga no es tan fácil tener esa fortaleza, pero siempre está
ahí el camino correcto aunque no lo podamos ver por las nubes que ponemos
nosotros mismos, siempre Dios nos pone las oportunidades correctas y a veces no
las tomamos a veces culpamos al mundo y olvidamos nuestra propia participación del
porque la mayoría de las cosas que vivimos son porque así las decidimos y aun
cuando ya hayamos tomado una decisión casi siempre hay la opción de cambiar
nuestro rumbo. Cuando nos entendamos a nosotros mismos y cambiemos nuestra
manera de pensar es entonces, que en verdad cambiara nuestra manera de vivir
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